Una nueva investigación destaca el doble papel del ácido fórmico como conservante de alimentos y posible inductor de resistencia a los antibióticos
Una nueva investigación destaca el doble papel del ácido fórmico como conservante de alimentos y posible inductor de resistencia a los antibióticosUn estudio reciente publicado en Frontiers in Microbiology ha arrojado luz sobre los complejos efectos del ácido fórmico, un conservante común de calidad alimentaria, sobre las bacterias patógenas. La investigación indica que el ácido fórmico, aprobado por la FDA para su uso en la industria alimentaria debido a sus propiedades antimicrobianas, también puede inducir un estado viable pero no cultivable (VBNC) en bacterias dañinas como Acinetobacter baumannii y Klebsiella pneumoniae. . Este estado VBNC permite que estas bacterias sobrevivan en una fase latente, evitando potencialmente su detección y posterior reanimación, lo que podría conducir a la propagación de infecciones y la aparición de nuevos rasgos de resistencia a los antimicrobianos (RAM).
El estudio enfatiza la importancia de comprender cómo los conservantes alimentarios ampliamente utilizados, como el ácido fórmico, pueden afectar los patrones de virulencia y resistencia de las bacterias. Los resultados sugieren que estos patógenos pueden entrar en un estado VBNC bajo temperaturas típicas de procesamiento, almacenamiento y distribución de alimentos cuando se exponen al ácido fórmico. En particular, el estudio demuestra que la eliminación del ácido fórmico puede resucitar estas bacterias, que luego exhiben una mayor expresión de múltiples genes de virulencia y RAM.
Este descubrimiento es particularmente preocupante dada la presencia de estas bacterias en las cocinas de los hospitales y en los alimentos de consumo habitual, lo que indica un vínculo potencial entre las prácticas de procesamiento de alimentos y las infecciones adquiridas en los hospitales. La investigación sugiere que la contaminación de los alimentos envasados con bacterias patógenas y su exposición a aditivos alimentarios podría convertirse en un problema importante para el control de infecciones y la gestión de la resistencia a los antimicrobianos en los entornos sanitarios.